El poblado íbero de La Bastida de les Alcusses

Asentamiento del siglo IV a. C. ubicado en el extremo suroeste de la Serra Grossa. Está situado en el término de Mogente (provincia de Valencia, España), en la cumbre de un cerro alargado y aislado, a 741 m sobre el nivel del mar. Se accede por la carretera CV-652 Mogente-Fontanares, con acceso señalizado en el km 10,5. Se puede subir en vehículo hasta el aparcamiento del poblado.

El yacimiento, situado sobre una loma, ocupa una extensión de 650 m de longitud y unos 150 m de anchura. Está a más de 720 m sobre el nivel del mar, y a unos 200 m por encima de las tierras circundantes del Pla de les Alcusses, que es una pequeña meseta elevada por la que se accede y de la cual recibe el nombre. Está considerado como uno de los principales poblados ibéricos de la Comunidad Valenciana.

El entorno actual del yacimiento es un espacio forestal, con bosque de pino y matorral mediterráneo bajo. Y aunque el cultivo actual de frutales y cereales en el llano ha transformado muchas parcelas, aún se puede apreciar un paisaje marcado, fundamentalmente, por el ritmo tradicional de las labores agrícolas al no existir un fuerte impacto de construcciones modernas.

La necrópolis ibérica del Corral de Saus

(siglos V-III a. C.) se localizada en Mogente (Provincia de Valencia, España), en la partida de Garamoixent, en la finca del Corral de Saus. Fue descubierta en 1971.

La necrópolis se sitúa al pie del monte Castellet de Baix en el que asentó un poblado ibérico, actualmente destruido en su totalidad. Entre los descubrimientos más destacados se encuentran los de varias tumbas en que se reutilizaron restos escultóricos como material de construcción, como los restos de "Las Damitas", y de "La sirena". Se han identificado numerosos fragmentos que incluyen un busto con ojos almendrados y sonrisa arcaica, y que podría corresponder al busto de la sirena, y un bloque con bajorrelieve de un jinete. También se han hallado amplias zonas con empedrado de guijarros, sillares, bloques con restos de decoración, y tumbas protegidas por pequeñas piedras. Entre la cerámica destacan fragmentos y piezas con decoración geométrica y floral, zoomorfa con aves, peces, esfinges, humana.

Los hallazgos parecen indicar una fase final de la necrópolis correspondiente al siglo III a. C. en que se reutilizaron materiales arquitectónicos y escultóricos de época anterior. Los materiales arquitectónicos y escultóricos reutilizados procederían probablemente de un monumento tipo pilar-estela, que incluiría las damitas en cuyo remate se colocaría la figura de la sirena, posiblemente un túmulo principesco del siglo VI o V a. C.

Poblado ibérico de Cerro Lucena en Enguera

El yacimiento arqueológico de Cerro Lucena de Enguera se localiza en un cerro de 429 metros de altura máxima y con una altura relativa respecto al llano de 110. Forma parte de una pequeña sierra paralela a la Plana de Enguera, localizada al norte de ésta. La extensión del yacimiento supera ampliamente las 5 Has. de superficie. El cerro tiene dos elevaciones, coincidiendo con cada uno de sus extremos: la más alta es la occidental con 429 metros, mientras que la oriental mide 417 metros. En esta última se localiza la zona excavada entre finales de la década de los sesenta y principios de la de los setenta del siglo pasado. Como consecuencia de estos trabajos se pueden ver los restos de aproximadamente una veintena de departamentos y una torre de aparejo ciclópeo, de clara influencia helenística. Se trata de un asentamiento fortificado, con un espacio perfectamente estructurado en su época del que se conocen más de una veintena de yacimientos.

Hasta el momento Cerro Lucena es sin duda el mayor yacimiento de época ibérica y el más interesante de la comarca de la Canal de Navarrés. Por la superficie del mismo y por su localización en un punto estratégico en altura está clasificado como un yacimiento de segundo tipo, comparable solo a un reducido grupo de yacimientos de su entorno geográfico. A pesar de la excelente visibilidad de la que disfruta, algunos yacimientos de su subzona escapan de su control visual directo, situación que se ve compensada con su interrelación con otros de su área de influencia.

Este yacimiento controla una extensa zona agrícola situada al norte del poblado. La presencia de varias fuentes en el entorno incrementa el potencial económico de su área de captación de recursos. La presencia de la Plana de Enguera al sur del mismo, sierra que separa el Valle de Enguera del Valle del Cànyoles, contribuye a diversificar los recursos disponibles en el poblado. Entre los materiales encontrados, conservados algunos de ellos en el Museo Arqueológico Municipal de Enguera, destaca un conjunto de cerámicas ibéricas con decoración figurada. Junto a varios vasos decorados donde predominan las temáticas fitomorfas, se cuenta con dos fragmentos con decoraciones zoomorfas y uno en el que se conserva parte de la cabeza, torso y extremidades superiores de una persona. Los materiales arqueológicos recuperados durante la excavación nos indican que el poblado de Cerro Lucena permaneció ocupado al menos desde principios del s. IV a de C. hasta  la  segunda  mitad  del  s.  I  d.  de  C.